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Mostrando las entradas de octubre, 2020

The Breakfast Club

#UnaHistoriaQueNuncaAntesHabiaContado   The Breakfast Club, película de 1985 que dirigiera John Hughes y en la que participaran Emilio Estévez, Judd Nelson, Paul Gleason, Ally Sheedy, Molly Ringwald, Anthony Michael Hall y John Kapelos, es para mí hermosa y recordada.   Según dicen los números, logró recaudar cincuenta millones de dólares americanos a pesar de haber tenido un presupuesto de apenas un millón de dólares, es decir, que logró ser un éxito para sus productores.   De ella —que cada vez que puedo veo y siempre recomiendo— tengo dos grandes recuerdos o motivos que me van a acompañar siempre.   El primero es su banda sonora, mejor dicho, su principal canción: Don’t you forget about me, de la banda escocesa Simple Minds. Es de mis canciones favoritas, que ha estado en mis cassettes, mp3, itunes y ahora spotify, y en mi lista de videos para mi funeral. Es también con la que he aturdido a todos los que son mis amigos, novias, parejas y, por supuesto, mis chamos.   Simple Minds no

De como a los 12 años me convertí en “importador”

  #UnaHistoriaQueNuncaAntesHabiaContado   Elvira, mamá, fue hasta hace poco una mujer muy trabajadora y creativa. De esas que hoy conocemos como “emprendedora”. Nacida en la ahora famosa comunidad fronteriza venezolana de Tienditas. Llegó a La Guaira a comienzos de la década de los años 60. Como muchos, a casa de los familiares de unos familiares. Venezuela recién acababa de estrenarse como un país democrático donde comenzaban a existir oportunidades, pero para que estas llegaran más rápido era necesario acercarse a la capital. A los pocos años de haber llegado conoce a Antonio Josué, papá, otro joven tachirense que también se acercó a la capital para conquistar un futuro mejor para él.   El primer trabajo de Elvira fue como servicio en casas de familia, pero no le gustaba mucho, no se sentía a gusto. Conversando con Papá decide probar oportunidad en la lavandería donde él trabajaba y allí duro un tiempo.   Al trabajar juntos, compartir amistades y tiempos de diversión, se enamoraron y

Romero, la película

#UnaHistoriaQueNuncaAntesHabiaContado   No he olvidado aquella noche en la que tres jóvenes amigos: Beto, José Luis y yo, fuimos a ver la película “Romero”. Si no estoy equivocado fue en un cine ubicado en la torre Polar de Caracas; era uno de los cines nuevos de esos años en mi querida Caracas, yo tenía unos 20-21 años.   Los tres estábamos en política, militábamos en la juventud de Copei, partido de la democracia cristiana en Venezuela, y por aquella historia que conocíamos del esfuerzo que se hizo en el gobierno de Luis Herrera Campíns por la paz en Centroamérica, pensamos que era lógico verla.   La película nos impactó a los tres, todavía la recuerdo. La actuación de Raúl Juliá; todas esas escenas cargadas del drama que sabíamos vivieron y aún se vivía en esos años en El Salvador por la guerra civil; las violaciones a los derechos humanos; el propio asesinato de monseñor Romero; toda la historia de la película, real y ficción, pegaron. Yo salí con muchas dudas, con mucha tristeza,

Canadá II: 1993, el segundo encuentro y una decisión

  #UnaHistoriaQueNuncaAntesHabiaContado   En 1993 trabajaba para la Misión de Venezuela ante la OEA y le propuse a mi esposa en ese momento, que sería interesante pasar el día de Acción de Gracias en Canadá, ya habían pasado muchos años desde mi primera visita. Lo conversamos y lo acordamos.   Llamé a José, el hermano de Fabiola, con quien mantenía cierto contacto desde que llegué a DC. Le comenté la idea de visitarlo y estuvo de acuerdo. Le dije que nuestro plan era similar al de mi primera vez: Ottawa, Montreal y Quebec City.   El miércoles 24 de noviembre de 1993, al terminar la jornada de trabajo, arrancamos desde Washington, DC, para Gatineau, Quebec, en Canadá, a casa de José. Sería un viaje de poco más de 900 kilómetros, no nos tomaría mucho tiempo. Tardamos casi una hora para salir de la ciudad.    Por un error de cálculo, decidí atravesarla, en vez de buscar la salida más cercana a la autopista y eso atrasó el viaje casi una hora. Solo paramos a echar gasolina y seguir rodando