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Un personaje, dos historias y un periódico que pierde dignidad: el triste papel de un corrupto

Cuando era estudiante de la gloriosa UCV, en la década de los 80, me tocó presenciar una huelga de hambre en el Rectorado por un candidato a la FCU. El tipo era alto y sumamente grueso. Ese mismo personaje me lo conseguí después, en 1998, en Anzoátegui cuando era candidato a gobernador. Las cosas no estaban muy seguras para él así que se acercó al candidato que yo apoyaba para plantear una alianza.

Lo curioso del personaje en dos tiempos:

1.       Historia de una huelga de hambre suculenta: al finalizar su huelga de hambre y levantarse los colchones donde descansaba de noche en su abstinencia, hubo una ósea sorpresa: restos de huesos de pollo, algo curioso si uno toma en consideración que no puedes comer en huelga de hambre, ¿cierto?

La verdad que pocos creían en la voluntad del personaje pero quedaron sorprendidos porque había tomado la decisión de hacer la huelga de hambre. Algunos tenían sus dudas, sin embargo le creyeron y apoyaron. Pero como dice el refrán, más sabe el diablo por viejo que por diablo, algunos dirigentes estudiantiles “aventajados” de la época, entre ellos el eterno economista Marrero, decían que lo del hombre no era más que una oportunidad de ponerse a hacer dieta. Claro, aludían a lo voluminoso que era.

2.       Alianzas y negocios, cuánto hay pa’ mí: cuando el personaje se acercó al candidato que yo apoyaba a la gobernación de Anzoátegui, le dijo: yo tengo la primera opción de ganar. Le respondieron: sabes que no es verdad. Replicó: bueno te lo pongo así, dame la cabeza de la lista a la Asamblea Legislativa, al Congreso Nacional y te apoyo o me voy a casa del otro candidato que ese carajo tiene billete y resolvemos mejor con él, tú decides.

Por supuesto que mi candidato lo mando de regreso por donde vino, con las manos vacías. No sabemos si hizo negocio con algún otro candidato, no tenemos las pruebas para afirmarlo. Lo que si recuerdo es que pocos días después, “por su amor a Anzoátegui” declinaba su candidatura para apoyar a otro candidato. Ah, fue candidato al Congreso, de primero en la lista, de su partido y de otro partido “aliado”, ¿o sería mejor llamarlo socio?

Este joven tramposo de las huelgas de hambre y mercader de las candidaturas es ahora jefe de la Cadena Capriles. Que triste momento deben vivir los profesionales que con mucho tesón y entrega han mantenido uno de los pocos medios independientes de la Venezuela actual. Más triste aún es que Últimas Noticias termine sus días sirviendo a los intereses más bajos, en cuanto a calidad humana se refiere, de este personaje.

Mucho se dijo del fundador de la Cadena que lleva su apellido, Miguel Ángel Capriles Ayala, de su relación con Copei y Caldera durante las elecciones de 1968 y en muchos otros momentos pero creo que nunca llegaron al nivel de acusarlo de haber hecho una huelga de hambre comiendo, mucho menos de llevar a Últimas Noticias y a la Cadena a un servilismo tal con el poder de turno entregando lo más preciado para un medio de comunicación como lo es la objetividad, imparcialidad y ejercer el rol que le corresponde en una sociedad en la que el poder se está ejerciendo de forma dantescamente abusiva, corrupta y que además pretende cambiar no sólo nuestra historia reciente sino que pretende construir un país a semejanzas de otros que fracasaron estrepitosamente en la historia y el servicio a sus ciudadanos.


Por ello, al saber que en este momento se pretende callar la verdad expresada en el trabajo de una noble y aguerrida profesional de la comunicación, no nos queda más que escribir unas líneas dedicadas al trabajo y dignidad de Laura Weffer.

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