Ir al contenido principal

Trabajo, oficio y experiencia


Hoy pienso renunciar a la compañía con la que, casualmente en este día, estoy cumpliendo exactamente tres años de trabajar en ella. Empece el 16/08/2010.

La decisión la tomo porque definitivamente no soy hombre para ser operador, es decir trabajar con mis manos en el sentido exacto de la palabra. Soy persona para trabajar en otro ambiente quizás de oficina, para liderizar, para compartir con la gente, para crear, para gerenciar.

Cuando tomé la decisión de venirme al campo hace un año (comencé el 01/08/2012) sabía a lo que me enfrentaba y lo logré. Aprendí mucho. Por primera vez sentí, después de más de once años viviendo en Norteamérica, lo que es racismo; trabajé con muchachos que podían ser mis hijos que eran mis supervisores, mis tutores o que, simplemente, tenían más experiencia que yo en las tareas que nos tocaba desarrollar y, por supuesto, no entendían como un "viejo" como yo no lo hacía más rápido o que cuando lo hacía, le decían: "Good Job, Josué".

A pesar de haber trabajado tres años con Humberto Calderón Berti y aprender muchísimo del negocio petrolero, sin lugar a dudas puedo decir que aprendí mucho del "negocio petrolero" in situ, en el campo. Hoy entiendo y sé que es fracking; sé como cementar un pozo petrolero; como operar equipos de transporte petroleros; como transcurre un día en un "rig"; como llenar las gandolas de cemento en una planta; lo que implica el mantenimiento de un pozo petrolero y muchas otras cosas que no recuerdo pero que, estoy seguro, al escuchar el nombre de la tarea, sabré de que se trata, sabré de que me están hablando. En un año aprendí, disculpen la arrogancia, mucho más de lo que tomaría yendo a la universidad, salvado las distancias.

Por lo anterior, estoy agradecido. No sólo a la empresa que dijo que sí a mi petición. Estoy sumamente agradecido a mi gerente en Calgary que me motivó y apoyó mi decisión. A mi gerente en la Base, que gran paciencia y apoyo recibí de él; resultó ser un excelente jefe, una excelente persona y un gran apoyo. A todos esos muchachos con los que, no lo niego, sentí, en varias ocasiones gran impotencia pero también paciencia, apoyo y aprecio. Ai gran amigo mejicano, de quién aprendí a como compartir, a como aceptar lo que nos toca vivir pero también a como no dejar que te vean como un pendejo.

Los cambios, rupturas, nuevos escenarios laborales, sobre todo en estos nuevos tiempos, son siempre, porque no confesarlo, un riesgo. En mi caso, bueno, hay gente preocupada y lo entiendo, pero yo no estoy preocupado porque sé a donde voy, por donde van las cosas.

Hoy renuncio, por el pasado, por el futuro, por hoy mismo.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Las mandarinas de Araira

#UnaHistoriaQueNuncaAntesHabíaContado El estado Miranda en Venezuela es muy particular en cuanto a su diversidad geográfica. Está distribuida en cinco regiones, cada una con características particulares. En su Zona Metropolitana cuenta con cuatro municipios, Sucre, El Hatillo, Baruta y Chacao, allí se concentra casi el 40% de la población de Caracas. Luego están Barlovento, región costera del estado; los Valles del Tuy, zona caliente y algo árida; los Altos Mirandinos, zona fría y de clima muy agradable; y, finalmente, el eje Guarenas-Guatire, que, para mí, es como una transición entre la metrópoli, la urbe, la gran ciudad que es Caracas, y el inmenso bosque húmedo tropical que es Barlovento. La bisagra entre la modernidad y lo rural. En este eje encontramos dos pequeñas ciudades, Guarenas y Guatire. Cada una tiene sus características, Guatire, quizás por ser más «joven», contiene urbanizaciones más nuevas, digamos con arquitectura moderna, pero a su vez, un casco histórico rico en tra

Don Jediondo, Calgary y Cristianismo

Cuando me enteré de la existencia de Don Jediondo me llamó la atención su famoso video del examen de la próstata. Confieso que reí sobremanera y tomé la decisión, en ese momento, de invitarlo a Calgary a una presentación. Muchos amigos, colombianos todos, me dijeron: ese hombre es muy vulgar. Pensé y les dije, y aún lo sostengo, que los humoristas no son más que el reflejo, el espejo, de nuestra cultura cotidiana, de lo que sociológicamente somos. Es una realidad, véase en lo vulgar o cuando se burlan del poder o simplemente de nuestra adversidad diaria. Son, en consecuencia, personas muy inteligentes, capaces de desarrollar una agilidad mental que algunos envidiamos. Me monté en el proyecto de traer a Don Jediondo a Calgary como parte del gran proyecto Calgary con Humor. Pero tuve que decidir cancelar su show. Fue un fracaso económico. Sólo vendí 71 entradas para un teatro de 400 personas. Conté con el apoyo de César Castillo y su red de Amigos Colombia Calgary; e

Washington, la consultoría política y Miguel Bosé

#UnaHistoriaQueNuncaAntesHabíaContado Como les conté en el primer relato publicado en esta nueva serie de espacio personal de expresión, en 1992 comenzó una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, personal y profesional. En marzo de ese año viajé a Washington D.C. y en junio comencé a trabajar como diplomático, Representante Alterno de Venezuela ante la OEA. Lo hice hasta noviembre de 1994. Inolvidable. Pero no he contado la historia de lo que pasó antes de convertirme en diplomático y la verdadera razón por la cual llegué a esa gran ciudad: fue mi querido amigo Carlos Escalante. Conocido con mucho aprecio como Beto. Él es el responsable del gran cambio que significó para mi vida el haberme ido a D.C. en 1992, con apenas 24 años. Él se preparó con años de antelación para seguir su sueño profesional, convertirse en Consultor Político, asesor de campañas electorales. Eso implicaba mudarse a la capital de los Estados Unidos para trabajar con uno de los consultores más conoci