Hace
algunas semanas, precisamente el 14 de enero de este año, conversaba con
Daniel, uno de los tantos jóvenes venezolanos que les ha tocado, “no irse
demasiado”, sino crecer en tierras lejanas a nuestra querida Venezuela y no por
gusto sino por estar con sus padres. Me decía lo mal que se sentía por estar de
manos atadas y no poder hacer algo por el rescate de la democracia en
Venezuela, me preguntaba que íbamos a hacer el 23 de enero. Como él, son
muchísimos los jóvenes que han crecido desde muy temprano y fuera de Venezuela conociendo solo el
régimen que se impuso en Venezuela.
Al no tener
respuesta concreta se me ocurrió inventar una “Asamblea de Ciudadanos Virtual”,
si, por Internet. Le dije: Daniel, dame unos minutos y ya te llamo, ya te digo
que vamos a hacer. Inmediatamente llamé a esa mujer valiente, corajuda y que ha
demostrado mucha gallardía, María Corina Machado. Después del cordial saludo de
alguien que te llama y no tienes la mínima idea de quién es, le dije: María
Corina queremos hacer una Asamblea de Ciudadanos contigo, este próximo sábado,
con los venezolanos que estamos en Calgary, nos gustaría mucho escucharte y
compartir contigo lo que está pasando en Venezuela, ver que podemos hacer
nosotros desde acá.
Ella, muy
cordial y amable se mostró entusiasmada con la idea e inmediatamente comenzamos
a trabajar en el proyecto de la Asamblea. Todo el intercambio de información
necesaria, los datos de su asistente, equipo y a empezar a preparar la
Asamblea. Llamé a Daniel y le di la noticia. Entusiasmados, comenzamos a
organizarnos, a dividirnos las tareas, responsabilidades y arranco el trabajo
para la Primera Asamblea de Ciudadanos en Calgary.
Como quiera
que durante la pasada campaña presidencial de 2012 hicimos buen equipo con el
Comando Venezuela Canadá, decido llamar a la amiga Rebecca en Toronto para
contarle la idea y sin decir más nada, me dijo de inmediato: ¡Yo me anoto! Me
encanta la idea, que excelente oportunidad.
Así
arrancamos. Calgary y Toronto montados en la Asamblea que ahora era de Canadá.
Luego se fueron sumando poco a poco, el mismo día, otras ciudades como Ottawa y
London en Ontario; Quebec City y Montreal en Quebec; Edmonton en Alberta y Vancouver
en British Columbia.
¿Por qué
este relato, por qué estas líneas? Por varias razones. La primera de ellas es
que a pesar de la frustración que se sintió luego del resultado de las
elecciones de octubre y de la tan grotesca como ilegal decisión del TSJ del 10
de enero, los venezolanos en Canadá aún mantenemos el espíritu, el ánimo para contribuir
a poder cambiar la situación en Venezuela. La segunda, por la constancia de
aquellos que hemos decidido continuar en esta tarea, mantenernos allí,
dispuestos, sin descanso, a que siga pero el motivo que más me
emociona y causa risa a grandes carcajadas es la acusación que hizo José
Vicente Rangel.
José
Vicente “alertó” al país de la gran conspiración que se estaba orquestando de
manos de venezolanos de extrema derecha residentes en Canadá que, con una ONG
creada para tal fin, y en contubernio con los grandes capitales de la derecha
venezolana y el gobierno canadiense, pretenden desconocer y derrocar el “legítimo”
gobierno venezolano. Que expresión de adulancia tan rancia, por no llamarlo
jalabolismo del bueno, lo expresado por José Vicente. La verdad que nunca me imaginé
que esa llamada de Daniel, preocupado por hacer algo por una Venezuela
realmente democrática, terminara en una estúpida acusación.
Los
venezolanos en Canadá nos movilizamos para las elecciones presidenciales pasadas
esperanzados en poder lograr un cambio para bien en nuestra amada patria, más
que por nosotros mismo por los millones y millones de familiares, amigos, conocidos
y desconocidos, que viven y padecen cotidianamente el gobierno que tenemos. Un
gobierno que ha sido incapaz de administrar la cuantiosa riqueza que ha
generado el ingreso petrolero; un gobierno incapaz de acabar con la guerra
diaria que se libra en las calles de cualquier ciudad o pueblo de Venezuela por
la vida; un gobierno incapaz de gerenciar lo público de forma tal que realmente
brinde el servicio que se merecen los habitantes de una nación con tanta
riqueza natural y humana como lo es Venezuela; un gobierno que ha sido capaz de
sembrar odio y miseria entre nosotros como nunca antes ocurrió; un gobierno que
se ha encargado de destruir toda la infraestructura y economía que nos tocó
crear durante muchos años y en democracia; un gobierno que, de todas todas,
perdió hace rato la perspectiva de lo que significa gobernar para bien, para la
paz y para el desarrollo de una nación como Venezuela.
José
Vicente, hoy estamos otra vez movilizados pero no conspirando como tú lo
sugieres. Conspirar es hacer las cosas a la callandita, en secreto. Creo que
sabes a que me refiero. Si no te has enterado, las redes sociales son eso “sociales”,
públicas. Aquí no hay gallo tapado o secretos con nadie. Nuestra canal para las
asambleas, la cuenta Twitter, el correo electrónico, se han difundido por todos
lados, es decir son conocidas. A ellas tienen acceso todo el que quiera conocer
qué pensamos los venezolanos en Canadá sobre nuestro “gobierno”.
Sabes, acá
en Canadá funciona la democracia. Hay respeto por las diversas opiniones, sea
cual sea la tuya o venga de donde vengas. Por eso, en días pasados, un grupo
muy pequeño de venezolanos acompañados por otros amigos latinoamericanos,
protestaron cerca de nuestro consulado en Toronto en contra de nosotros porque,
según ellos, estábamos atentando en contra de la “democracia” venezolana. Y lo
hicieron sin ningún tipo de dificultad, libremente, como se puede hacer en un
país donde la libertad se respeta. Nadie los acuso de estar usando recursos o
funcionarios públicos en su demostración. Para nada.
Otra cosa,
el señor Jim Karygiannis, diputado federal, es del partido liberal no del
partido conservador quienes son los que están gobernando Canadá. Su petición al
parlamento es para introducir una discusión acerca de lo que está ocurriendo en
Venezuela pero esa petición no la puede hacer él por su cuenta, debe ser
acompañada por firmas de apoyo, lo que está logrando no solo con venezolanos
sino con miles de canadienses. No le estamos pidiendo a Canadá que hablé por
nosotros o actúe por nosotros. Le estamos pidiendo a Canadá que esté pendiente
de lo que está ocurriendo en Venezuela, porque se conozca el nivel de abuso “constitucional”
que estamos viviendo.
José
Vicente, te doy un tubazo: si estamos conspirando y muy en serio. Avisa a los
que ven tu programa que nos pueden seguir por Twitter o por Facebook o por
Internet. Claro, eso le quita el suspenso de poder seguir dando datos “secretos”
de esos derechistas venezolanos en Canadá, pero no importa, así se enteran de
quienes conversan con nosotros y de qué hablamos. Tal vez sirva para que se den
cuenta de lo que realmente está pasando en Venezuela y así se puedan quitar el
velo que tanto tú como otros se empeñan en ponerles al mentir tan descaradamente
sobre nosotros pero sobre todo de la realidad venezolana.
Calgary, 12
de febrero de 2013
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