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De cómo 2023 inició el camino a 2025

#UnaHistoriaQueNuncaAntesHabíaContado






He comentado varias veces que mis relatos expresan episodios de mi vida contados con cierto humor, sin embargo, la pausa de más de un año que ocurrió entre septiembre de 2023 y noviembre de 2024 ha permitido, me atrevo a llamarlo así, una cierta madurez en mis líneas. Por supuesto que me encanta el humor, lo jovial, pero por alguna razón que tiene que ver con este relato, los últimos que he escrito han estado alejados de lo jocoso y han tenido más que ver con ese cambio que quiero contar hoy.

 

2023 fue para mí un año que arrancó con tristeza y se expresó sobremanera un día de febrero en el que me separé de mi segunda esposa. Fue algo así como un cataclismo personal. Salí desbastado, me sentía totalmente derrotado, muy triste. Estaba seguro, a pesar de lo ocurrido, que era lo mejor, pero no terminaba de aceptarlo hasta que decidí, recordando las palabras de mi segunda esposa, que era muy importante cuidar de nuestra salud mental, que la terapia era un proceso por el cual todos deberíamos transitar.

 

Recordando esas palabras decidí buscar ayuda. Pensé en cómo había transitado toda mi vida conduciéndola de una manera que debía evaluar, quizás corregir, y por eso tomé esas palabras y busqué ayuda profesional. Primero llegó la psicóloga Jeantte Coutant. Comenzamos un trabajo bien interesante. Muchas horas de conversaciones, sesiones que permitían descubrirme a mí mismo. Lecturas recomendadas. Todo un trabajo en el que puse mucho empeño.

 

Luego, como ocurre cuando estás atento a lo que te rodea y que llega a ti porque así debe ocurrir, me encuentro un post en Instagram de María Elena Huerta. Me llamó la atención. Decido indagar un poco más y visito su página web. Dije: Tengo que conversar con ella, presenta un espacio en el cual quiero estar para profundizar el trabajo de conocerme aún más a mí mismo, que necesito. Le envié un mensaje, quedamos de acuerdo en una llamada. Esa primera conversación duro poco más de una hora y fue el inicio del trabajo que aún hoy día continuamos.

 

Comento lo ocurrido con ellas porque 2023, con ese trabajo personal y del cual solo yo soy responsable, es lo que ha permitido que el Universo sea generoso conmigo. Siempre he creído que hay una fuerza superior, algunos lo llaman Dios, otros de diferentes maneras, yo lo llamo el Universo, que es la que se encarga de poner orden en nuestras vidas. Lo asimilo con aquella fuerza extraordinaria que tiene la dinámica de todo lo que nos ocurre en un enorme tablero parecido un gigantesco rompecabezas, que va moviendo las piezas conforme nosotros vamos viviendo y muchas veces cambia las piezas por nosotros para que nos demos cuenta de lo que nos está pasando. No tengo la más mínima idea de si alguien ha escrito sobre esto, o lo tiene mejor definido, pero es lo que creo ocurre con nuestras vidas, en como se va desarrollando.

 

Pues ese camino de terapias, de considerar trabajar en mi salud mental ha permitido para mi gran satisfacción que 2024 se haya convertido en un gran año, uno en el que muchos aspectos de mi vida comienzan a tener un orden, una paz que siempre había buscado y que se había escabullido, se había vuelto escurridiza porque, como dije, no estaba enfocado ni prestando atención al rompecabezas que el Universo me estaba presentando.

 

¿Qué pasó en 2024 que comenzó en el 2023 y que me permitirá aterrizar con buen pie en el 2025?

 

Pues mucho. Lo más importante y por lo que estoy sumamente agradecido es lograr construir una mejor relación con María Victoria y Josué Ignacio, mis amados hijos. Siempre ocurrirán diferencias, desencuentros, pero lo hermoso de este momento es que lo entiendo, lo acepto y sigo amándolos profundamente, cada día, con acciones que me permiten lograr esa relación de padre a hijos tan necesaria para los tres. Y como la familia crece, este año sume otro hijo a mi vida, Niall Emmott, el esposo de María Victoria, en quien veo una de las mejores y más bellas expresiones del amor por tu pareja, por tu esposa.

 

Otro aspecto que siempre ha existido, pero al cual miro ahora con una mayor claridad es la relación de amistad y el agradecimiento que siempre he sentido por esos amigos que hacen presencia en mi vida. Algunos de toda la vida, otros de reciente data. Personas como Laurie Leal, amiga de hace pocos años, o Amanda González, de hace muchos años, que están allí manifestándome siempre aprecio y estima, mucha, por las cosas que hago, por el esfuerzo que pongo siempre por los demás. Es como si fueran aquellas voces que dicen: sigue siempre Josué, no te canses, te damos aliento.

 

Otros como José Luis Mejías, Arianna Martínez, Nhora Romero, Luis Alejandro Balestrini, Juan Manuel Morales y Javier Pérez, mis amigos desde que éramos unos muchachos universitarios, siguen presentes. Son esos hermanos que la vida te regala y 2024 ha servido para afianzar aún más esa amistad, esa hermandad entre nosotros.

 

Y mis amigos recientes, los que me tocaba conocer en estas tierras a las que arribamos hace ya casi 20 años. María Esther Fernández, Sandra Santoyo, José Miguel Hernández, Belia Martínez, Mily Vargues, Rebecca Sarfatti, Niurka Delgado, Christian Greiffenstein, Jorge Lazo, Isaac Nahón, Soraya Benítez, Pachi Ochoa, Luisa López, la Nena Peñalver, José Peñalver, Jorge Robles, Milagros Arias, Bill Jarvis, Jakie Cousneau, Karlenis Jiménez, Juan Peña y muchos, muchos más. Con cada uno de ellos un encuentro especial, a tal punto que a veces la cotidianidad te lleva a tener diferencias que afectan esa relación, pero que hoy, gracias a este camino me he permitido aprender a conocer como debo entender mis emociones, a no dejar que me afecten ni afecten a los demás, manejar las diferencias de la mejor manera posible.

 

Claro que 2024 también tuvo sus momentos de profunda tristeza. Particularmente dos. La partida de mi mamá en junio y la partida de Judith Kulisnky en agosto. Con mi madre ya sabíamos que en cualquier momento podía suceder. Ya meses antes conversé con mi hermana Bárbara y le expresé que no volvería a llamarla porque quería dejar en mi memoria para cuando partiera, el recuerdo de la mujer que me dio la vida y que me enseñó y amó desde su experiencia. No quise conversar con aquella mujer que tenía muy profunda en su psique el recuerdo de su hijo, pero que en la superficie no lo recordaba y era un extraño.

 

Judith me permitió ser su amigo, acompañarla en momentos de largas conversaciones sobre su vida, sobre la Nona, sobre su niñez, la crianza de Sandra, su hija, mi querida amiga. Disfrute todas y cada una de ellas. Quedo agradecido con ella por haberme permitido hacerlo. La última vez que la vi con vida le comenté que debía viajar a Montreal, Toronto y Ottawa, que regresaba en pocos días, que me esperara. Quiso el Universo que nos diéramos un abrazo ese día, el último. Partió justo cuando regresaba a Calgary.

 

Y ya para el cierre de 2024 ocurren dos eventos tan inesperados como curiosos.

 

El primero de ellos fue mi repentina mudanza al Downtown de Calgary, de donde salí aquel febrero de 2023 para ahora regresar, también repentinamente, a finales de 2024. Y ocurre de la mano y acompañado de mi querido hermano Humberto. Es algo así como que con este suceso, el Universo y la movida de piezas del rompecabezas de la relación con mis hermanos, Humberto, Frank, Carolina, Bárbara y Eduardo, a quienes amo inmensamente, me sugieren lo significativo que son todos y cada uno de ellos y el lugar que en mi vida han tenido y siempre tendrán.

 

El segundo, también inesperado, tan incierto, tan de la nada, fue conocerla a ella. Saber de su existencia. Que llegó a pesar de haber estado siempre. Cuando le pregunté por qué nunca supe de ella, me respondió: «Fíjate que fui a ver la película Simón con mi amigo y tú fuiste quien verificó las entradas». De alguna manera vino ese momento a mi memoria, recordé al amigo, pero no me fijé en ella. ¿Por qué debía hacerlo? Y pensé: debes estar atento siempre de todo y de todos. Esa noche tan especial para mí por la película, por lo que expresé hace poco en mis relatos, ella estuvo presente. No tengo la más mínima idea de por qué llegó, pero estoy seguro de que ambos sabemos que un propósito existe, que en el rompecabezas de mi vida ella debe ser incluida. ¿De qué manera? Solo el sabio Universo lo sabe, yo solo debo estar atento.


Todo lo anterior, por supuesto que, incluyendo otros temas, otros aspectos de mi vida, es lo que me permitirá recibir 2025 como nunca había ocurrido con un nuevo año. Que comenzó en 2023 y que 2024 afianzó y me permitió prepararme para el presente, para vivir mi nuevo futuro.













Comentarios

Anónimo dijo…
Excelente relato, te felicito Josue 🌹
Anónimo dijo…
Excelente q veas el pasar de tu vida de una mejor manera, te quiero mucho hermano
Anónimo dijo…
Primacho, es el inicio de ese gran camino que empiezas a recorrer. Que es el conocerte a ti mismo...
Te abrazo desde la distancia.

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